Las clivias

A la sombra de los árboles del jardín destacan unas las flores de un naranja rojizo que dan color en las zonas más umbrías. Se trata de la clivia, una mata herbácea de hoja perenne originaria de Sudáfrica. Fue descrita en 1928 y nombrada en honor de la duquesa de Northumberland, Lady Charlotte Florentina Clive. Desde Europa fue introducida posteriormente en América.

Clivia nobilis ( flores colgantes )

La clivia tiene abundantes raíces tuberosas, de las que salen directamente las hojas, que son de color verde oscuro brillante, forma acintada, y miden alrededor de medio metro. Las flores se agrupan en inflorescencias en umbela, que brota al final de un tallo largo llamado botánicamente escapo floral. Son péndulas y en forma de trompeta. La floración de esta especie es muy duradera, desde final de invierno hasta la primavera o principios de verano; cuando pierde la flor sigue siendo muy ornamental por sus frutos, unas bayas redondeadas de un vistoso color rojo oscuro.

Clivia miniata ( flores hacia arriba )

Produce néctar en abundancia, lo que atrae a abejas. Aunque es muy adaptable, no tolera mucho el frío intenso. Cuando florece requiere riego abundante sin que llegue a encharcarse. Es de muy lento crecimiento. Para multiplicarla lo más útil es hacerlo por división de la planta. A partir de semilla puede tardar más de cinco años en florecer por primera vez. El rizoma tiene alcaloides tóxicos, que en su lugar de origen le atribuyen propiedades para tratar la fiebre y aliviar el dolor de las heridas de serpientes.

Fuente:

laconcepción.malaga.eu

 

 

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